El Licenciado en Teología formado en la Pontificia Universidad Católica Santa Rosa es capaz de interpretar, por la fe, los misterios revelados, desde el contexto en el que vive, para, con su conocimiento, poder dar razón de esperanza y de su fe. Puede interpretar la doctrina revelada para estudiarla, comunicarla y vivirla. Dando una respuesta Pastoral a las necesidades de su entorno

Nuestro(a) egresado(a) ha adquirido una visión orgánica de la revelación, teniendo como fuentes la Escritura y la Tradición de la Iglesia, en diálogo con el pensamiento y la cultura actuales, que lo capacita para interpretar y exponer los principales problemas teológicos, utilizando los medios tecnológicos de la actualidad, dentro de la vida de la Iglesia, donde debe ser reconocido en su trabajo pastoral y compromiso ministerial.

El(la) egresado(a) es responsable de su formación integral y permanente y, por lo tanto, de seguir estudios más avanzados para poder producir un discurso teológico propio que le aporte a la Teología elementos de progreso. Nuestros egresados responden a este perfil:

Puede ejercer un ministerio eclesial como consagrado: presbítero, diácono permanente; o como laico: animación de la comunidad, predicación, delegado de la palabra, ministro extraordinario de la Sagrada Comunión, promoción social, gestión en organizaciones no gubernamentales, entre otros. Es responsable pastoral dentro de las diferentes instancias eclesiales como gestión de proyectos de pastoral social, pastoral de la salud, pastoral educativa, formación de comunidades. Comprende las Sagradas Escrituras, la doctrina de la Iglesia, la historia de la teología y la filosofía. Es un educador de la doctrina de la fe en las diversas comunidades y centros educativos; especialmente, en el ámbito de la catequesis. Está capacitado para abordar cuestiones éticas contemporáneas desde una perspectiva católica, y promover proyectos de investigación, como tutor en proyectos de investigación en las diferentes áreas del saber teológico. Desarrolla habilidad para transmitir enseñanzas y mensajes teológicos de manera clara y accesible. Ejercer como promotor de comunidades en lo organizativo y formativo (acompañamiento de liderazgos, entre otros).